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6 de junio de 2012

Veinte años no es nada, o sí, puede ser...


Tal día como hoy,
me dirijo al Albert´Garaje,
para poner luz a mi vida,
pero sobre todo a mi coche,
que ahora le ha dado por ponerse ciego
y se quedó sin su iluminación particular.
Al entrar al garaje,
Alberto me pregunta,
cuánto tiempo hace que no veo a Gustavo.
Mi mente, a cien por hora,
y mi corazón a flor de piel,
comienza a recordar,
 imágenes de mi pasado,
Veinte años, digo yo.
Sentir, que es un soplo la vida,
 y veinte años no es nada.
Y veinte son.
Gustavo,
le recuerdo como si fuera ayer,
y es que a mis 13 años,
todas estábamos enamoradas de él,
es más, todas estuvimos con él.
Otra cosa no,
pero le sigo recordando,
como aquel hombre fuerte de la banda,
el perfecto machote por el que perder la cabeza.
Yo sé que no fuí importante para él,
pero él para mí sí.
Y es que en la vida,
 vas siendo lo que eres,
por las vivencias que uno tiene,
las personas que te encuentras,
las angustias que te ahogan,
y los soles que te alegran.
Y una se da cuenta,
lo que te puede llegar a marcar alguien,
tal vez, puede ser.

"No desaparece lo que se pierde,
sino lo que se olvida".

Me quedo,
con la intensa emoción de enamoramiento,
a la temprana edad del pavo.
Me quedo,
con frase escrita en su regalo,
aunque él lo haya borrado.
Me quedo con el sufrimiento,
del coma-etílico a su espera.
Me quedo con la dulce sensación.
de ser una niña que se hace mayor.
Me quedo con el duro adiós,
del duelo de su prisión.

Entre tanto recuerdo aparece él.
Diferente,
los dos con veinte años más,
pero con su misma mirada,
quizás más dura.
Por aquello del dolor.
En ese preciso instante ,
el tiempo se detiene,
para resumirnos veinte años.
Y volver a sentir,
que es un soplo la vida,
y veinte años no es nada.
EmocionHada.
Me alegro de encontrarte.

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